viernes, 18 de marzo de 2011

Japón lucha por impedir catástrofe nuclear

Servicios de El Nuevo Herald
TOKIO -- En medio de la creciente alarma en Estados Unidos y otras partes por la creciente crisis nuclear en Japón, camiones de incendios militares comenzaron tarde el jueves a rociar agua fría sobre las varillas de combustible usadas en la golpeada estación de energía nuclear luego de que fracasaran los esfuerzos anteriores por enfriarlas, dijeron funcionarios japoneses.


El principal funcionario nuclear de EEUU dio seguimiento a su tétrica evaluación de la grave situación en la planta el día anterior, con la advertencia de que "tomará algún tiempo, posiblemente semanas'' para resolver el problema, según reportó el diario The New York Times.

Las autoridades buscaban métodos cada vez más desesperados y poco convencionales para enfriar los reactores dañados, enviando helicópteros y cañones de agua en una carrera para impedir el peligroso sobrecalientamiento de las varillas de combustible en el reactor número 2.

Momentos antes de que los camiones militares comenzaran su labor, oficiales policiales en camiones con cañones de agua se vieron obligados a retroceder por los altos niveles de radiación en el área. La policía había estado tratando de acercarse dentro de un radio de 30 yardas alrededor del reactor averiado, uno de seis en la planta de energía.

Los cinco camiones militares rociaron agua por alrededor de una hora, pero el impacto total de la táctica no estuvo claro de inmediato.

Los esfuerzos japoneses se centraron en una parte diferente de la estación nuclear Fukushima Daiichi, 140 millas al noreste de Tokio, y del reactor --número 4-- que fue descrito el miércoles por Washington como el que presentaba una amenaza mucho mayor de lo que el gobierno japonés había dicho.

La decisión de centrarse en el reactor número 3 aparenta sugerir que los funcionarios japoneses creen que es una amenaza mayor, ya que es el único en el lugar que contiene un combustible mezclado conocido como mox, por óxido mixto, lo que incluye plutonio residual del procesamiento del uranio.

Ingenieros nucleares de Occidente han dicho que la liberación de mox en la atmósfera produciría una nube radiactiva más peligrosa que las emanaciones de las varillas de combustible de uranio en el lugar. Las autoridades niponas han expresado preocupación porque el reactor número 3 se había hundido y ambos niveles estaban malfuncionando o ya había ocurrido una rotura, agregó The New York Times.

Tras el esfuerzo del ejército por enfriar el combustible usado en el reactor con camiones de incendios, Hidehiko Nishiyama, subdirector general de la Agencia de Seguridad Nuclear e Industrial, declaró que era demasiado pronto para evaluar el éxito del intento.

Nishiyama agregó que una radiación de alrededor de 250 milisieverts (unidad de radiación nuclear) por hora había sido detectada a 100 pies por encima de la planta. En Estados Unidos, ese es el límite de radiación para los policías, bomberos y otros trabajadores de emergencias que se dedican a salvar vidas, ya que una sola exposición en la vida equivale a recibir 250 milisieverts de radiación por una hora. Las cifras para la radiación provistas por la Fuerza de Audefensa Japonesa podrían proveer un indicio de por qué un heicóptero se devolvió a tierra sin intentar arrojar agua fría a un tanque de almacenaje en la planta.

La Agencia de Seguridad Nuclear indicó en la noche que estaba saliendo vapor de los edificios que habían sido regados, lo que significa que el agua cayó sobre puntos calientes, en las zonas problemáticas, como se deseaba. La misma operación se llevará a cabo el viernes.

Un experto del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) dijo que la situación en la central nuclear Fukushima 1 parece "relativamente estable'' comparada con el miércoles, "lo cual es positivo''.

"La situación sigue siendo muy seria en la central nuclear de Fukushima Daiichi, pero no ha habido una agravación significativa desde el miércoles'', declaró Graham Andrew, consejero especial del director general Yukiya Amano para los asuntos científicos y técnicos.

"Pienso que es demasiado pronto para hablar'' de un rayo de esperanza, añadió durante la rueda de prensa diaria de la agencia de la ONU, cuya sede se encuentra en Viena.

Como se había anunciado el miércoles, el director general de la OIEA viajó este jueves a Tokio, para evaluar personalmente la situación y saber de qué forma poder aportar una ayuda más eficaz.

Yukiya Amano, quien sólo permanecerá un día en Japón, dijo que esperaba tener ‘‘contactos a un alto nivel'', sin dar más detalles. Tampoco precisó si podrá viajar al sitio de la central accidentada.

El balance oficial del sismo y del tsunami era, seis días después de la catástrofe, de 5,700 muertos confirmados y 9,500 desaparecidos. Sin embargo, sólo en la ciudad de Ishinomaki, la cantidad de desaparecidos podría elevarse a 10,000 personas, según un responsable local.

El número de heridos es de 2,285, según este balance. Más de 88,000 viviendas y edificios fueron destruidos, total o parcialmente.

Las autoridades niponas tenían que hacer frente también a la creciente impaciencia de unos 500,000 damnificados, ante la escasez de agua potable y de víveres a pesar de una movilización sin precedentes de unos 80,000 soldados, policías y socorristas en el devastado noreste japonés.

La mayor preocupación es la crisis nuclear, la más grave en el mundo desde la de Chernobyl, en 1986.
Con información de "El Nuevo Herald"

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