sábado, 19 de marzo de 2011

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Tokio (El Comercio/ Agencias). Una semana después del terremoto de 8,9 grados, al que le siguió un tsunami que asoló la costa noreste de Japón, el país no tiene el sosiego suficiente para llorar y enterrar a sus miles de muertos, debido a los denodados esfuerzos que hace para contrarrestar la crisis nuclear que ambos desastres naturales causaron y por las réplicas constantes que se siguen sucediendo. Hasta ayer, las mayores a 5 grados de intensidad sumaban 262.

Ayer viernes, una semana después del cataclismo, los sobrevivientes, los equipos de rescate y el Ejército guardaron un minuto de silencio en el país a las 2:46 p.m. (hora de Japón), hora en que ocurrió el sismo.

A la hora exacta de la catástrofe, cientos de refugiados reunidos en un centro de albergue de la ciudad de Yamada (prefectura de Iwate) se pusieron en pie para rendir homenaje a las víctimas del terremoto y tsunami. Tras el minuto de silencio, los supervivientes, envueltos en mantas para luchar contra el frío, juntaron las manos sobre el pecho y se inclinaron.

Minutos después, el primer ministro japonés, Naoto Kan, se dirigió al país por televisión para pedir la unión y la solidaridad de todos a fin de superar juntos la tragedia. Kan desmintió que su gobierno oculte información sobre la situación real en la central nuclear de Fukushima. Aunque reconoció que la situación en dicha central es grave, aseguró que la misma estará bajo control “en no mucho tiempo”.

Mientras tanto, las tareas de rescate y atención de las víctimas continuaban. Solo fueron interrumpidas por el minuto de silencio. Hasta el cierre de la presente edición, la policía japonesa manejaba la cifra oficial de 6.911 muertos, de las cuales el 25% ha podido ser identificado por sus familiares. Además, las autoridades hablan de 10.316 personas desaparecidas. Aunque hasta el momento han sido rescatadas 26.739 personas, falta llegar a otras 16.148 que aún permanecen aisladas.

A esta enorme pérdida humana se suma la económica, igual de desastrosa. La catástrofe podría suponer pérdidas por 100.000 millones de dólares (71.000 millones de euros), equivalentes al 2% del PBI de Japón, según estimó el banco DBS de Singapur. El costo para las aseguradoras podría alcanzar los 34.600 millones de dólares, según los cálculos de los especialistas.

NIVEL 5 DE ALERTA
Ayer, el Gobierno de Japón decidió elevar el nivel de alerta en Fukushima de 4 (accidente local) a 5 (accidente con consecuencias de mayor alcance) en la escala Internacional de Eventos Nucleares (INES). Con anterioridad, Francia ya había ubicado el accidente en la planta nuclear en el nivel 6 (accidente importante).

Pese a ello, el grupo de exhaustos ingenieros lograba conectar un cable de energía con el exterior de la estación devastada por el terremoto, en una carrera contra el reloj para evitar que la mortal radiación del accidente se propague, que de ser así solo podría ser equiparable a la de Chernóbil, en 1986, que alcanzó el nivel 7 (accidente grave).

Este es un gran avance que podría permitir el restablecimiento de la electricidad, lo que a su vez facilitará el funcionamiento de los sistemas de enfriamiento de los reactores, además de llenar las piscinas en las que se guardan las barras de combustible gastado, cuyo resecamiento amenaza con liberar importantes cantidades de radiactividad en el medio ambiente.
Con información de "El Comercio"

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