sábado, 16 de octubre de 2010

César Hildebrant: "Lo más grave de todo ha sido la mitomanía"

César Hildebrandt, sobre incidente en el Rebagliati


¿Qué lectura hace de la cachetada de Alan García al joven Richard Gálvez? ¿Qué nos dice ese arrebato presidencial?
En primer lugar, quiero decir que insultar al Presidente –así delivery– personalmente no dice nada bueno del estado psicológico del insultador. Pero tampoco dice nada bueno del estado psicológico del insultado. El insultado ha demostrado que su salud mental no está bien. El autocontrol es una de las cualidades que más se admira en un político, y el Presidente ha demostrado que su autocontrol está fallando.

La relación prensa-poder no es color de rosa y García ha dicho: "Un diario y un programa de televisión van a tener que explicar por qué juegan así con estas cosas".

¿Cómo tomar esta declaración? ¿Cómo una amenaza?
Más que una amenaza, yo diría que es una bravata vacía. No hay que tomarlo tan en serio para no caer en el mismo juego de las provocaciones. García no ha tenido una buena relación con la prensa, excepto con la prensa vasalla. Ha estado acostumbrado a un entorno servicial y de pronto ve una actitud valiente. Lo que hizo Diario 16 fue simplemente narrar un hecho. El hecho no es agradable, es verdad, pero ha sido simplemente narrar un hecho.

¿Qué le han parecido las declaraciones del presidente del Poder Judicial, Javier Villa Stein?
Por ahí he visto que a Villa Stein le dicen ahora Pancho Villa. Como usted sabrá, Pancho Villa fue el macho mexicano más matador, y Villa Stein nos ha hecho retroceder en la máquina del tiempo, lamentablemente. Justo el hombre que tiene que ver litigios, justo el hombre que maneja el poder civilista, justo el hombre que ve la resolución de conflictos, apela ahora a la fuerza bruta. No sé qué hace el señor Villa Stein en la presidencia del Poder Judicial. Debería estar en la presidencia de la Federación de Box.

¿Qué le parece toda esta parafernalia montada por Palacio para ‘librar’ al presidente del escándalo?
En mi semanario he escrito una columna, donde digo que quizá lo más grave de todo ha sido la mitomanía con la que se ha querido enterrar todo esto. En Estados Unidos a Clinton se le rechazó por la mentira, no por lo sexual. La mentira es unas de las cosas que menos se tolera en la vida y en la política. Y el Presidente ha vuelto a demostrar que su capacidad de mentir está intacta. Como lo demostró cuando dijo: yo nunca he ordenado masacrar a los presos de El Frontón. Una de sus mentiras más sombrías.

Frase
Y García mintió con detalles. Inventó un agravio mayor que no se había producido, dijo haber dicho una frase que nadie lo escuchó, y simuló una frialdad de talante que ni en su entorno conocen. Lo de la bofetada quedó en segundo plano. La mitomanía recurrente fue la más grave de episodio. (…) Por eso, es importante que Diario 16 haya destapado el asunto del bofetón. No porque la anécdota vaya a ser histórica, sino porque de ese modo se rasga la cortina de silencio que tanto respetan los de la gran prensa. Una voz disidente en un concierto tan afinado de adulaciones y silencio siempre es bienvenido”.
Con información de "Hildebrandt en sus trece"

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