Según los años desde su aparición pública: el reportero, el conductor de TV, El Niño Terrible, el escritor, el fanático de fútbol, el conductor besucón, el Premio Herralde 1997, el Tío Terrible, el Francotirador
Por Alfredo Espinoza FloresPara alguien que preferiría no hacer televisión, 27 años en la pantalla chica es una perfecta contradicción. En su caso, por lo admirable y enriquecedora. Entrevistador político y a su vez showman del espectáculo, el limbo entre la seriedad y la banalidad ha marcado -y con éxito- la cara y sello de la carrera periodística, literaria y personal de Jaime Bayly.
Hoy termina una etapa como “El Francotirador” (¿habrá tercera temporada con el mismo nombre?), pero empieza otra con la publicación de la primera parte de la trilogía “Morirás mañana: el escritor sale a matar”, su última novela, su escape de la realidad.
“Me cansa ser el payaso de la televisión. Si no me cansara tanto, no descansaría escribiendo durante el día. Si pudiera, lo dejaría. Si no lo hago es porque soy cobarde y me gusta ganar bien”, confesó en una entrevista en 2002.
BAYLY ANTES DE LOS 20’S
Por obligación pero feliz de hacerlo, Jaime incursionó en el periodismo en 1980, cuando tenía apenas 15 años. Su estadía como reportero de “La Prensa”, fuera de su aprendizaje periodístico, es recordada por él mismo como tiempos de desbande. “Los canjes los gastábamos en juerga”, comentó en dicha conversación. Su amigo incondicional en aquella época: Federico Salazar, compañero de mil y un anécdotas. Carlos Spa, Juan Carlos Tafur, Pablo Cateriano, entre otros, también estuvieron con él en dicho medio.
Ingresó a la PUCP y llegó hasta la Facultad de Derecho, pero hoy no hablamos de la versión masculina de Rosa María Palacios: abandonó la universidad y nunca se recibió como abogado.
Su relación con los estudios estuvo más marcada por la marihuana que por la asistencia a clases. “Decidí vivir mi edad, porque cuando tenía quince no era un adolescente típico: trabajaba en un periódico. Decidí ponerme al día y lo hice con las drogas”.
Cumplidos los 18 años (1983), Genaro Delgado Parker le dijo: “Tienes futuro en la TV”. Ingresó a Panamericana Televisión como panelista en “Pulso”, y logró su primer hit como entrevistador político dos años después: el recordadísimo episodio con Alan García Pérez, por entonces candidato a la presidencia.
Un despreocupado Bayly le lanzó una puntiaguda pregunta: si era verdad que había seguido un tratamiento de cura de sueño y si se medicaba con litio para controlar el estado de ánimo. El K.O. fue para él: ahí nomás salió del canal.
BAYLY A LOS 20’S
Mientras tanto, su vida personal sufría un giro impensado (y sin saberlo, sembraba los frutos de una carrera literaria): uno de sus amigos más cercanos se convertía en un compañero más íntimo de lo sospechado. Algo que él luego confesó que lo hizo para explorar, pero que le dio “mucho miedo”.
Cuando tenía 21, un triste episodio casi termina con su vida. Tras el alejamiento de su amigo, Bayly se refugió en un cuarto del hotel Country e ingirió más de un par de pastillas. Afortunadamente, fue rescatado por otro amigo. “Dormí tres días. Cuando desperté, tenía un hambre del carajo. Me comí tres lomos seguidos. Dije: ‘Nunca más me mato’”, recordó con humor negro.
Tras salir de canal 5, tuvo un pequeño paso como comentarista deportivo junto a El Veco, en pleno Mundial México ’86 (su afición al fútbol se remonta desde su adolescencia, cuando se escapa de su casa para ver un partido. A veces hasta viajaba a provincia. Cristal y el ‘Muni’, sus equipos preferidos). Luego pasó unos años en República Dominicana –siempre apareciendo en TV– y regresó a la pantalla chica nacional a los 25 años (1990), en nuevo contexto electoral.
En ese momento se sintió con más fuerza que antes su tendencia política, al apoyar al Fredemo, encabezado por Mario Vargas Llosa. Pero este rubro daría paso al de la farándula con “¿Qué hay de nuevo?”, recibiendo en el set a figuras como Alejandra Guzmán y Locomía (también se dio un tiempo para ir a “Nubeluz” y participar de una competencia reventando globos junto a Diego Bertie). No duraría tanto: el día del autogolpe de 1992, Bayly adelantó al canal que hablaría sobre lo que él consideraba un abuso. No se lo permitieron y decidió alejarse. Se fue a Miami y se dedicó a escribir.
No fue en vano. Así nació su primera novela y la más comentada, “No se lo digas a nadie”, en donde hacía evidente la experiencia homosexual de “Joaquín Camino”, acaso el alter ego que utilizó para este libro. “Traté de paralizar la publicación”, confesó en su momento. Y es que en ese entonces (1994) llevaba un año de casado con Sandra Masías y ya había nacido su primera hija, Camila (luego nacería Paola). El libro lo hizo más conocido que nunca, pero también lo metió en más de un lío.
BAYLY A LOS 30’S
La década más prolífica de Jaime Bayly se da en esta época. Saltando de un set de televisión a otro, entre los que resaltaron “En directo con Jaime Bayly” (de la CBS Telenoticias, con lo que tuvo llegada en varios países latinoamericanos, 96-98), “El show de Jaime Bayly” (Telemundo, también desde EE.UU., 99-2000), “El Francotirador” (ya en Lima, 2000) y “La Noche es Virgen” (2001-2002).
Esta etapa estuvo marcada por sonadas entrevistas y destapes como los casos Zaraí y “Koki” Toledo y el test a Risco, cuya cultura general quedó por los suelos. Pero más sonada fue su conversación con la entonces candidata presidencial Lourdes Flores Nano. Preguntarle si era virgen fue una osadía que recordó el episodio Alan García (a quien volvió a entrevistar en 2001), solo que ella se cansó de tentar sin éxito la presidencia. “Hay riesgo… pero el mismo sentido de riesgo te induce a decir la pregunta”, comentó el periodista sobre ese hecho. Años después le haría confesar que había visto películas triple X.
Pero esta etapa tranquilamente podría llamarse “la década de los besos”. La fórmula de Coco Marusix en “La noche es virgen”, a los 36 años, fue repetida en cuanta ocasión se pudo. Casi un desfile: el español Boris Izaguirre, Laura Ferreti y Tongo fueron solo algunos. Hubo beso hasta en los senos de Maribel Velarde y Eva María Abad.
Su desempeño literario no se quedó atrás y más confesiones salieron a la luz con “Los últimos días de La Prensa” (1996), “La Noche es Virgen” (1997, Premio Herralde), “Yo amo a mi mami” (1998), “Los amigos que perdí” (2000), “Aquí no hay poesía” (2001), “La mujer de mi hermano” (2002) y “El huracán lleva tu nombre” (2004).
BAYLY A LOS 40’S
El regreso de “El Francotirador”. Frecuencia Latina lo acogió en 2006 y él, ya alejado del calificativo de ‘El Niño Terrible’ pero rebautizado como ‘El Tío Terrible’, ha mostrado desde entonces su irreverencia, atrevimiento y poderío.
A la par condujo “Bayly” por Mega TV desde Miami (2006-2009) y con el mismo nombre otro programa por NTN24 desde Colombia (2009-2010).
Su carrera literaria siguió floreciendo con “Y de repente, un ángel” (2005, finalista Premio Planeta), “El canalla sentimental” (2008), “El cojo y el loco” (2009) y “Morirás mañana: El escritor sale a matar” (2010).
El escritor también salió a postular. Con idas y venidas, ha jugado con una supuesta candidatura presidencial que hace poco descartó. Un gancho eficaz en su imagen como showman, una gran habilidad para mantener la atención de su gente.
Pero nada de lo dicho -ni siquiera sus constantes peleas mediáticas con Beto Ortiz ni su relación amor-odio con “Tongo”- acaparó tantos titulares y comentarios como el anuncio de su relación con Silvia Núñez del Arco, la joven de apenas 21 años que estaba próxima a presentar una novela (ni la presentación de su ex esposa logró tanto ráting). Más de treinta años de diferencia no impidieron que meses después el segundo anuncio sea aún más sorprendente: el próximo nacimiento del primer bebe de la pareja y el tercer hijo del escritor.
Hoy, tras la salida del aire de “El Francotirador”, Jaime Bayly se enfrenta a una nueva etapa. A sus 45 años, no debería tener a qué temerle. 27 años en la televisión, 30 en el periodismo y más de 15 en la literatura lo respaldan. Varios programas con alto ráting y varios libros con altas cifras de ventas y traducciones, también.
Pero acaso el verdadero reto de su vida será el ser padre otra vez, y cumplir su deseo de morir “cerca de mis hijas, con la conciencia tranquila que fui un buen padre y eduqué a mis hijas en libertad y felicidad”. ¿Y si vuelve a nacer? Lo hizo saber en una entrevista a un diario de Santo Domingo a los 33 años: “(Sería) yo mismo, sin tres de miopía y con un pelo decente”.
¿Cómo recordaría el autorretrato de su vida? “Fui alcohólico. Fui drogadicto. Me acosté con hombres. Pero no pude ser un genio”, sentenció, parafraseando a Truman Capote.
Con información de "El Comercio"
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