
Gustavo Sierra, alcalde de Surquillo, dijo que de ninguna manera los clubes deportivos deben entregar entradas a los barristas, porque cuando se juntan son incontrolables.
Sostuvo que hay que diferenciar entre los que son hinchas y quienes son delincuentes. “Con estos últimos no hay que tener ni diálogo ni contemplación. Simplemente hay que llevarlos a la cárcel.”
Sierra opinó que de nada sirve que se hagan planes coyunturales cuando el tema de fondo se mantiene. “Lo que tenemos que hacer es educar a los niños con valores desde muy pequeños.”
En similares términos se expresó el alcalde de Villa El Salvador, Jaime Zea, quien señaló que al contar con entrada libre a los estadios los barristas se reúnen para marchar juntos al estadio y en el camino se genera un fenómeno de masas que se descontrola totalmente.
Manifestó que el grupo se vuelve peligroso cuando se reúnen de 30 a 40 adolescentes y comienzan a atacar y obligar a los choferes de transporte público a llevarlos gratis hasta el estadio.
Señaló que los clubes deben responsabilizarse de los desmanes que pueden causar los barristas y de las entradas gratuitas que entregan a “diestra y siniestra”.
Sostuvo que es una buena medida exigir a los clubes deportivos empadronar a sus barristas y trabajar en planes de prevención en coordinación con la Policía y la sociedad civil.
“Los clubes deben estar implicados y comprometidos con el tema de la seguridad, controlando a sus barristas, y ante cualquier problema deben identificar rápidamente a los agresores.”
Por su parte, el alcalde del Rímac, Víctor Leyton, opinó que los barristas deben contribuir con su aporte económico al club del que son hinchas, para impedir después que se rematen sus bienes como ocurre en la actualidad.
Agregó que en su distrito se trabaja en programas de prevención de la violencia con los líderes de los barristas identificados.
WCS/ART/RRC
GRM
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