lunes, 19 de julio de 2010

Raúl Canelo: Perfil de los candidatos

Iniciamos una entrega dominical de los perfiles de cada uno de los doce aspirantes al sillón municipal. Empezamos con los candidatos menos favorecidos en los sondeos
Por: Juan Aurelio Arévalo
Dice no ser “figuretti”, pero ha hecho todos los méritos para ser considerado uno de ellos. El candidato por el partido político Fonavistas del Perú, Raúl Canelo, pasó de ser un reconocido abogado especialista en Derecho de Familia a convertirse en el defensor de personajes tan variopintos como Alfredo González, Genaro Delgado Parker, Ricardo Chiroque o Paula Marijuán.

Su vertiginosa incursión mediática comenzó en agosto de 1992, al asumir la defensa de la misionera canadiense Jeanne D’Arc Turcotte, quien había sido impedida de adoptar a un niño peruano por una incomprensible sentencia judicial. El menor de 2 años fue encontrado semidesnudo en un basural junto a su madre, quien sufría alteraciones mentales, con huellas de maltrato y enfermo de tuberculosis. La religiosa curó sus heridas, quiso criarlo e inició los trámites de adopción, sin embargo la Sexta Sala Superior Civil le negó el pedido argumentando que no podía por tener 60 años y ser monja.

La Unidad de Investigación de El Comercio sacó a la luz el caso. El ministro de Justicia, Fernando Vega Santa Gadea, calificó la sentencia de patética y la sociedad en su conjunto condenó la falta de humanidad de los magistrados. Canelo, de 32 años, inició una tenaz batalla jurídica para revertir el fallo y logró que por primera vez en la historia del Perú un caso de adopción fuera visto por la Corte Suprema. Tras una ardua lucha de cinco meses, la Sala Civil de la corte determinó procedente la adopción y, sin perder el tiempo, Jeanne y el pequeño Juan Carlos abordaron el vuelo 602 de Aero-Perú y partieron a Montreal en busca de un futuro mejor.

“El caso marcó mi vida. Originó que sea designado para redactar el Código Civil y el Código del Niño y el Adolescente”, recuerda Canelo, quien al poco tiempo se convirtió en secretario general de la Pontificia Universidad Católica del Perú.

En los siguientes años, el abogado continúo haciendo noticia al representar a la familia Marsano en un complejo caso de reivindicación de propiedad contra el Estado y 630 familias del grupo habitacional Torres de Limatambo. La presión de Canelo logró que el Ministerio de Vivienda formara una comisión encargada de generar un pago tan suculento que la familia quedó muy satisfecha.

“También defendí a la Municipalidad de Lima en el caso de los Pantanos de Villa y la empresa Luchetti. A pesar de que el Poder Judicial estaba manejado por Vladimiro Montesinos, conseguimos una medida cautelar que logró frenar la construcción de la fábrica. Lamentablemente, un año después la Corte Suprema derrumbó nuestra medida y el proyecto continuó”, señala.

UN ANTES Y UN DESPUÉS
A partir de 1999, la carrera de Canelo dio un giro inesperado al enrumbarse en causas tan escabrosas como la defensa del ex alcalde de San Juan de Lurigancho Ricardo Chiroque (vacado del cargo por sus propios regidores en el 2001) y del ex ministro Absalón Vásquez, ambos acusados por malversación de fondos y falsificación de firmas en favor del movimiento fujimorista Vamos Vecino. Canelo también asistió legalmente al diplomático Celso Pastor Belaunde, quien en el 2004, ebrio, arremetió con su auto contra ocho jóvenes en Miraflores. Y, por si fuera poco, participó en la defensa de Genaro Delgado Parker durante su disputa por Panamericana Televisión y en la de Williams Kouri, hermano de su competidor electoral Álex Kouri, denunciado por una adquisición irregular de terrenos.

Pero si de clientes polémicos hablamos, su defensa menos difundida es la de los hermanos Sánchez Alayo, integrantes del clan familiar de los Sánchez Paredes, denunciados por el presunto delito de lavado de activos provenientes del narcotráfico.

“Los representé en un proceso que duró dos años y que ha sido resuelto con éxito hace unos cuatro meses. Fue en el área de propiedad intelectual de defensa del consumidor en Indecopi, por cuanto algunas instituciones financieras y bancarias habían cerrado las cuentas a estas personas, violando la presunción de inocencia. Ellos no tenían una acusación fiscal y solo contaban con una investigación preliminar”, explica.

Canelo es consciente de que su cartera de clientes le puede jugar en contra a la hora de las elecciones y, aunque admite haberse sentido incómodo al defender algunos casos, entiende que esto forma parte de su profesión.

“Soy responsable de un estudio y tenemos que atender a todo tipo de clientes. No los voy a clasificar como buenos o malos, pero en todos los casos que me tocó intervenir los declararon inocentes. A diferencia de otros, yo vivo de mi profesión, vivo de la defensa. Tengo las manos limpias y nadie me puede decir que he robado o me he beneficiado ilícitamente”, afirma.

CULPABLE ERES TÚ
¿Pero quién se cruzó en el camino de Canelo en el año 1999 y originó que personajes tan cuestionados lo contraten como su abogado? Pues nada menos que el controvertido dirigente futbolístico Alfredo González, a quien por esa época no le daba la gana de reconocer la suspensión de cuatro años que le había impuesto la Federación Peruana de Fútbol por un caso de intento de soborno a jugadores del Torino de Talara. La FIFA obligó a Universitario a hacer efectiva la sanción, pero el rechoncho dirigente se limitó a contestar que solo abandonaría Odriozola “en un cajón de Agustín Merino”.

Ante la terquedad de su defendido, Canelo ideó una estrategia y partió de la base de que la sanción impuesta por la FIFA solo recaía en el ámbito futbolístico. Por lo tanto, creó la figura de la doble presidencia: una institucional y otra deportiva. De esta forma le salvó el pellejo a González y de paso a Universitario, que se libró de ser inhabilitado de competencias internacionales.

Por su exitosa gestión, el abogado cobró 36 mil dólares —según el propio presidente institucional— y al poco tiempo ocupó la vicepresidencia de la Asociación Deportiva de Fútbol Profesional (ADFP). Su vínculo con el fútbol no terminó ahí. En el 2001 asumió la defensa del “Granítico” Héctor Chumpitaz, condenado a dos años de prisión suspendida, por recibir 30.000 dólares de Vladimiro Montesinos como aporte a su campaña como regidor.

“Él era mi ídolo de pequeño. Verlo tan deprimido fue muy doloroso. Incluso en un momento le dije en broma al juez : “Deje libre a “Chumpi” y que se quede preso Chiroque’”, comenta entre risas.

UNA NUEVA ETAPA
Sin dejar de lado sus batallas jurídicas, Canelo ha incursionado en la lid electoral en medio de cuestionamientos según los cuales las firmas que reunió el Fonavi para alcanzar el referéndum nacional de devolución de aportes serían las mismas que usó para inscribirse ante el JNE. “Es falso. Los dos millones y medio de firmas del referéndum se consiguieron hace cinco años y las del partido político recién este 2010”, afirma Canelo, quien sintiéndose ignorado por los medios prefiere realizar una campaña directa en las calles.

Para los que lo llaman “oportunista” aquí les deja un mensaje: “Sé que nunca he construido una pista ni soy político. Defiendo al Fonavi y al Sutep. Puedo tener patrocinados mediáticos, pero nunca dejé de lado la defensa social. Eso nunca cambiará”.

EN PUNTOS
Principales propuestas

Dimensión social
Mejorar la alimentación infantil impulsando la gestión de programas sociales con supervisión y monitoreo de indicadores meta y resultados de impacto.

Seguridad ciudadana
Trabajo en prevención social incrementando el soporte en casos de violencia doméstica. Creación del observatorio del crimen que servirá para plantear soluciones.

Dimensión económica
Eliminación de registros administrativos innecesarios. Fortalecimiento de los parques industriales a través de convenios con instituciones públicas y privadas.

Transporte
Implementación de una política de reemplazo de licencias y autorizaciones de rutas por la concesión del servicio de transporte. Elevar los estándares del servicio.

LA FICHA
Nombre: Raúl Bladimiro Canelo Rabanal
Profesión: Abogado
Edad: 50 años
Cargo: Es profesor en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y la Universidad de Lima. Defiende a la Asociación de Fonavistas del Perú y al Sutep. Fue abogado del Colegio de Matemáticos, el Colegio de Biólogos, la Federación Médica, la Federación de Docentes Universitarios y de universidades públicas y privadas como la Cayetano Heredia y del Pacífico.
Con información de "El Comercio"

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