¿Qué hubiera pasado si un accidente como el ocurrido en la mina San José de Chile –donde 33 mineros pasaron 70 días sepultados a 700 metros de profundidad– hubiera sucedido en el Perú? Lo más probable es que los trabajadores hubieran muerto sepultados por el deslizamiento de inmensas rocas.
Según estadísticas del Ministerio de Energía y Minas, solo en lo que va del año, 44 mineros han fallecido en el país debido a accidentes que se habrían podido evitar con un adecuado sistema de seguridad. El 36% de estas emergencias fue causado por deslizamientos de rocas, el 10% por problemas de tránsito dentro del socavón y el 9% por caída de personas.
En febrero del año pasado, cinco obreros perecieron sepultados tras un derrumbe en la minera Casapalca, en Huarochirí. Los mineros no contaban con los implementos de seguridad adecuados.
NO ESTÁN PREPARADAS
Para el ingeniero de minas del Colegio de Ingeniero de Lima, Alberto Brocos Gutiérrez, la mayoría de los yacimientos del país no soportaría un desastre similar al del país sureño, porque no se encuentran preparados.
Brocos asegura que el área de resguardo de los sobrevivientes no habría sido el adecuado debido a la escasa protección de las cámaras de refugio que existen en las minas. Explica que a pesar de que la legislación y las normas internacionales en seguridad exigen que estos espacios estén dotados de aire, agua, alimentos secos deshidratados y servicios higiénicos, esto no se cumple.
El presidente de la Federación de Trabajadores Mineros del Perú, Luis Castillo, atribuyó parte del problema de la inseguridad a la informalidad en el sector. Según Castillo, de los 130 mil trabajadores ligados a la producción minera, solo 25 mil pertenecen a empresas formales. Indicó que no existe fiscalización por parte de las autoridades encargadas.
Con información de "Perú 21"
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