Por Servicios de El Nuevo Herald
WASHINGTON
Estados Unidos está destinado a padecer una nueva crisis económica, por la cual pagarían los ciudadanos, a menos que el Congreso refuerce el control sobre la industria financiera, señaló el sábado el presidente Barack Obama.
îîMi esperanza es que demócratas y republicanos encuentren un terreno común y avancen juntos. El costo de la inacción será demasiado grande'', manifestó Obama durante su acostumbrado discurso de los sábados.
La reforma del sistema financiero es el siguiente proyecto de ley que Obama quiere que se apruebe este año, pero una oposición férrea de los republicanos en el Senado está poniendo en peligro su objetivo.
îîCada día [que pasa] no actuamos, el mismo sistema que llevó al rescate financiero se mantiene, con las mismas fallas y las mismas debilidades'', dijo Obama durante su alocución semanal por radio e internet. îîY si no cambiamos lo que llevó a la crisis, estamos condenados a repetirla''.
îîOponerse a la reforma dejará a los ciudadanos que pagan impuestos vulnerables si una crisis como esta vuelve a pasar alguna vez'', dijo el Presidente.
Una propuesta que los senadores demócratas están preparando para llevarla a debate incluye un mecanismo que permitiría liquidar grandes compañías financieras para evitar su desplome.
El mandatario señaló que la crisis económica que sufrió el país durante los dos últimos tuvo, entre otros, su origen en la industria financiera.
îîEstá claro que esta crisis pudo haberse evitado si las empresas de Wall Street hubieran sido más responsables, si los contratos financieros hubieran sido más transparentes y si los consumidores y accionistas hubieran tenido más información y autoridad para tomar decisiones'', señaló.
Agregó que la irresponsabilidad que no sólo fue de las empresas de Wall Street, sino también de Washington y significó la pérdida de ocho millones de fuentes de trabajo, de miles de millones de dólares en ahorros y îîla negación de innumerables sueños''.
Por primera vez, el gobierno regularía los derivados, instrumentos financieros cuyo valor depende de un activo, como las hipotecas o las acciones, usados para respaldarlos como garantía real. Los derivados pueden ayudar a paliar los riesgos. Pero los derivados pueden producir también grandes pérdidas, o grandes ganancias, si el valor de esa garantía real que los respalda cae.
Obama prometió el viernes que vetará el proyecto si esto no regula el mercado de derivados, que contribuyó a los problemas económicos de Estados Unidos al desplomarse su valor durante la crisis de la vivienda.
Sin embargo, los demócratas no han acordado qué tan lejos deben ir esas regulaciones, y todos los senadores republicanos están contra el proyecto.
Los republicanos argumentan que con la creación de un fondo de $50,000 millones para desmantelar los bancos que se consideren îîdemasiado grandes para fracasar'', el gobierno prolongaría el rescate financiero de Wall Street.
Con información de "El Nuevo Herald"
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