Por HARRY R. WEBER y SARAH LARIMER
The Associated Press
EN EL GOLFO DE MEXICO -- Tras el fracaso del primer intento de frenar un gran derrame de crudo en el Golfo de México, las cuadrillas de rescate planeaban el domingo dejar un enorme domo de contención en el fondo del mar mientras llegaban más equipos para tratar de controlar la situación.
Los nuevos equipos lanzarían lodo y cemento a través de un tubo directamente sobre el pozo fuera de control, en un proceso que tardaría entre dos y tres semanas, pero el vocero Mark Proegler le dijo a The Associated Press que la compañía petrolera BP evaluaba tres métodos diferentes y aún no había decidido cuál usar.
Las cuadrillas dejarían el domo de contención en el fondo, a 490 metros (1.600 pies) del lugar del derrame, mucho más lejos que donde lo dejaron el sábado luego que cristales de hielo taponaron su pico superior cuando estaba encima del derrame, de acuerdo con un cronograma de actividades al que tuvo acceso la AP.
Podría pasar al menos un día antes de que BP pueda volver a intentar colocar la estructura sobre el pozo, que derrama más de 757.000 litros (200.000 galones) de crudo por día.
El primer intento de frenar el derrame falló cuando el pico que corona el domo -similar a un embudo dado vuelta- quedó taponado por cristales que se formaron en las heladas aguas profundas.
El domo quedó posado en el suelo marino a más de un kilómetro y medio (una milla) de profundidad, mientras espesos manchones de alquitrán alcanzaban las playas de arena blanca de Alabama, en una nueva señal de que la situación empeora.
Los equipos de emergencia demoraron casi dos semanas en construir la pieza de acero y concreto y tres días en trasladarla a 80 kilómetros de la costa (50 millas) y bajarla hasta el pozo, pero la temperatura de las aguas era demasiado baja.
Directivos de BP no descartaban que se pueda cerrar el pozo con un domo de contención, sea el ya usado u otro que se está armando, para que capture el crudo y lo canalice a un barco cisterna. Sin embargo, dijeron que pasarían días antes de que puedan hacer otro intento.
"No diría que ya falló", dijo el jefe de operaciones de BP Doug Suttles. "Lo que diría es que lo que intentamos hacer... no funcionó".
La necesidad de contener el derrame se mostraba más urgente, luego que un puñado de bolas de alquitrán, del tamaño de una moneda hasta del de una pelota de golf, aparecieron en la isla Dauphin, en Alabama, muy al este de las manchas delgadas que se vieron en los pantanos de Luisiana.
"Casi parece corteza de árbol pero cuando la recoges ves que sin duda tiene consistencia líquida y es petróleo", dijo Kimberly Creel, de 41 años, que estaba en la playa junto a cientos de veraneantes.
Desde que la plataforma Deepwater Horizon explotó el 20 de abril y mató a 11 trabajadores, unos 794.900 litros (210.000 galones) de crudo se han derramado por día. Hasta el domingo, habían brotado unos 13,25 millones de litros (3,5 millones de galones), un tercio de la cantidad que se derramó durante el desastre del buque tanque Exxon Valdez.
Hasta el sábado, el grueso del petróleo no llegaba a la costa estadounidense del Golfo. Hasta ahora, las corrientes empujan el derrame sólo a las costas estadounidenses y no a las mexicanas, al sur y al este del golfo.
Con información de "El Nuevo Herald"
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