Jaime Bayly y Beto Ortiz los verdaderos enemigos íntimos

Las dos últimas semanas, los dimes y diretes entre los conductores de televisión han desencadenado en una guerra que promete continuar

Por Daniel Meza M.

Jaime Bayly y Beto Ortiz. Ambos son periodistas, poseedores de una gran pluma, una labia filuda y, hasta cierto punto, tienen vidas parecidas. Ambos declararon abiertamente sus preferencias sexuales, ambos se admiraron y alabaron en su momento. Pero ese cariño profesional que se profesaban acabó hace un tiempo, para luego hacerse público, no solo su distanciamiento, sino también su odio.

En la última semana, también culmina un nuevo capítulo de una guerra televisiva que ambos estiran desde no hace poco tiempo. Este es solo el segundo round de una disputa mediática entre dos talentosos individuos que fueron amigos y que hoy por hoy se convirtieron en importantes rostros de la televisión y la literatura nacional.

Esta es la historia de los verdaderos “enemigos íntimos”.

AMIGOS Y RIVALES
Digamos que el inicio del fin de su buena relación empezó con el regreso de Beto Ortiz a Canal 2. Un establecido “Francotirador” recibía a su colega y viejo conocido con los brazos abiertos y le daba la bienvenida, halagando su talento de escritor, bromeando y deseándole buena suerte frente a todo el Perú, en una entrevista que parecía dejar sentada una amistad llena de camaradería y cordialidad.

Ambos ya habían trabajado en el mismo canal, y hasta grabaron un comercial juntos para la promocionar sus programas en la misma casa, allá por inicios del 2000 (véalo aquí).

UNA CHICA DE POR MEDIO
Pero fue una chica de apenas 22 años lo que acabó con esta buena relación. La culpable de que aquella mutua (¿y falsa?) afinidad se venga al suelo de golpe. Ortiz decidió leer en público un extracto inédito de la obra de Silvia Núñez del Arco , la joven que se había enamorado del escritor y que este presentó como “su chica” en las pantallas de TV. Silvia había entrado a la vida de Jaime y quería ser escritora. Con el apoyo y supervisión del periodista, la joven sacó su primera novela “Lo que otros no ven” y Beto la “atrasó” al comentar y leer partes de la obra antes de que esta fuera presentada. Enfurecido, Jaime expresó su total disconformidad con el actuar de Ortiz, y los acusó de haber cometido un acto de “piratería, robo y hackeo”.

El periodista puso en juego su permanencia en el canal si Ortiz y Miyashiro no pedían públicas disculpas a Silvia. Luego de aquel recordado programa donde Bayly se refirió en los peores términos a los entonces “Enemigos Íntimos” (incluso fue duro con el mismo Baruch Ivcher, el dueño del canal), en Frecuencia Latina intentaron calmar las aguas entre ambos, pero fue en vano. A los pocos días (inicios de marzo), Ortiz ya no pertenecía al Canal 2.

CELOS Y EGOS: SEGUNDO MATCH
El ‘Tío terrible’ se volvió a encontrar con su par, el ‘Gordo terrible’, ya no en la misma casa televisiva, si no compitiendo en el mismo horario. Y este segundo choque de fuerzas ha desencadenado la segunda salida de Ortiz de un canal de televisión en menos de seis meses.

Todo empezó cuando Beto mostró en su programa del 5 (“Enemigos Públicos”) que el ‘Francotirador’ había adquirido dos departamentos por casi 2 millones de dólares en la zona más exclusiva de Lima, aduciendo que la acción era “una cachetada a la pobreza” y tildándolo de “jeque árabe”.

Esto fastidió a Jaime, quien no tardó en responder alegando que Ortiz tuvo una conducta demagógica, ignorante y que “ponía en riesgo la integridad de su esposa Sandra y sus dos hijas”. Por ello, el conductor dedicó un programa entero responder a Ortiz y Miyashiro, califándolos de “monigotes” y exhortándolos a investigar a Ernesto Schultz Landázuri, revelando al mismo tiempo que el ex propietario de Panamericana había adquirido un edificio de lujo en Suiza gastando una millonada. ¿El resultado? La despedida de Beto del cinco.

Si se tratara de un partido de fútbol, el ‘score’ diría que Bayly le gana a Beto por dos a cero. La pregunta es: ¿habrán más goles en este partido?
Con información de "El Comercio"