domingo, 27 de marzo de 2011

César Hildebrandt: "Preguntas"

Por: César Hildebrant
Me inquie­tan algu­nas preguntas.

Las pre­gun­tas son estas:

¿Por qué si somos un país que crece a tasas espec­ta­cu­la­res, segui­mos, en muchos aspec­tos, en un estado de bar­ba­rie? ¿Por qué si vamos siendo ricos tene­mos la edu­ca­ción que tene­mos, los moda­les de cerdo que hace­mos pade­cer a los demás, la radio casi anal­fa­beta que con­su­mi­mos, la tele­vi­sión excre­men­ti­cia que nos per­si­gue, la prensa banal, cuando no delic­tiva, que lee­mos? ¿Por qué si nos va tan bien no pode­mos tener una ciu­dad ama­ble y lim­pia, sin el trá­fico que nos secues­tra horas inter­mi­na­bles? ¿Por qué tene­mos, al mismo tiempo que gran­des inver­sio­nes, una poli­cía mayor­mente podrida, un poder judi­cial siem­pre sos­pe­choso, unos con­gre­sis­tas que aver­güen­zan, un Tri­bu­nal Cons­ti­tu­cio­nal des­pres­ti­giado por meterse donde no debe y fallar a veces a destajo?

En suma, ¿por qué ahora, cuando muchos dicen que ya per­te­ne­ce­mos a la clase media del mundo, pare­ce­mos más pri­mi­ti­vos que nunca?

La res­puesta no es difí­cil, pero pocos la quie­ren cantar.

Y es esta, a mi leal saber y enten­der: por­que esta riqueza pro­vi­so­ria que nos anima la vida es otro ciclo de eso que algu­nos han lla­mado “pros­pe­ri­dad falaz”.

Fui­mos ricos gua­ne­ros, ricos algo­do­ne­ros, ricos azu­ca­re­ros, ricos sali­tre­ros, ricos cau­che­ros, richos ancho­ve­te­ros y hemos sido siem­pre ricos mine­ros. Lo que nunca hemos tenido es orden, res­peto y edu­ca­ción, fomento de las artes, ética labo­ral, jus­ti­cia y sen­tido del prójimo.

Ahora cree­mos que somos más país por­que las cifras están en azul y el dólar baja. Es una mise­ria de visión la que nos reduce al dinero, al PIB, la balanza de pagos. Eso es derro­car al alma y pres­cin­dir de lo que nos hace más huma­nos: los valores.

Releo los párra­fos ante­rio­res y com­pruebo, gus­toso, que no son fas­hion, que sue­nan anacró­ni­cos, que vie­nen de la más amplia mino­ría. ¡Qué bien! ¡Cuánto me ale­gra! Me mori­ría de la pena si lo que escribo se pare­ciera, aun­que fuese de per­fil, a la “prosa” perio­dís­tica moderna.

Estoy, tam­bién en esto, en mis trece. Nadie me va a con­ven­cer de que para estar a la moda tie­nes que renun­ciar a pen­sar, tie­nes que apa­gar tu ira, tie­nes que per­te­ne­cer al colec­tivo del opti­mismo de las barras bravas.

No tengo ganas de aplau­dir des­pués de oír este con­cierto. Es música que ya conozco y sé a dónde nos conduce.

Oigo la radio, escu­cho a esos perio­dis­tas con­ver­ti­dos en ile­tra­dos con el esfuerzo de los años, leo las mise­rias embru­te­ce­do­ras de la prensa popu­lar, advierto los silen­cios de la gran prensa, com­pruebo la tele y me digo: por lo menos, en cuanto a perio­dismo se refiere, hemos desmejorado.

Pre­veo, como todos, el 2011 y me ima­gino el dilema. ¿Será Keiko? ¿Será Cas­ta­ñeda? ¿No nos mere­ce­ría­mos algo mejor ahora que esta­mos, como dice Gar­cía, con la proa al pri­mer mundo? Enton­ces me digo que, en cuanto a polí­ti­cos y repre­sen­ta­ción, tam­poco somos mejo­res que antes.

¿Somos mejo­res en edu­ca­ción? Las cifras son rotun­das y las prue­bas inter­na­cio­na­les tam­bién: no hemos subido de nivel.

¿Hemos reba­jado la corrup­ción? Pre­gún­tenle al doc­tor Gar­cía. Él sabe la res­puesta. Tam­bién lo saben Ode­bre­cht, Graña y Mon­tero, Andrade Gutié­rrez. No lo ignora el minis­tro Cor­nejo –ese ente recaudador-. No deja de saberlo el señor Nava. Enton­ces me digo: vaya, en este asunto esta­mos estan­ca­dos. Pero me equi­voco. Hoy se roba más. La sobre­va­lo­ra­ción de 200 millo­nes de soles de la ave­nida Nés­tor Gam­betta es de índole tan cri­mi­nal que si fué­ra­mos el país de Lula ya ten­dría­mos nues­tro Collor de Melho.

El asunto no es sólo ven­der pie­dras sin moler y tener más plata. Es aspi­rar a la civi­li­za­ción, ese con­trato social­mente acep­tado. Es soñar con ser mejo­res. En el Perú actual se ha dejado de soñar. Por eso para tanta gente que viene de afuera nos pare­ce­mos a una pesadilla.
Con información del Semanario "Hidelbrant en sus Trece"

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