domingo, 24 de abril de 2011

Cipriani: "Invitemos a Dios para que entre en nuestros corazones"

El cardenal Juan Luis Cipriani exhortó a los fieles católicos a que en este silencio del Sábado Santo, de manera especial, dejen entrar en sus corazones al Señor.

“Dios solo entrará a tu corazón si tú lo invitas, él no romperá la puerta. En este Sábado Santo de silencio, Jesús se encuentra frente a la puerta de muchos corazones esperando que le des la oportunidad de ingresar”, reflexionó en su programa Diálogo de Fe.

El arzobispo de Lima manifestó que para llegar a Jesús es necesario un salto de fe, un reconocer con humildad que lo necesitamos, pidiéndole: “Enséñame a creer, ayúdame a creer”, ya que creer es un regalo de Dios.

Destacó también que en nuestro país hay una enorme vuelta a la fe, con las diversas tradiciones y expresiones culturales que recuerdan con gran recogimiento y devoción la Semana Santa.

“Cuando uno ve esa cantidad de familias que salen a recorrer los Templos, que se van a confesar y a pedir perdón, se da cuenta que en nuestro país hay un acercamiento a Dios muy grande, en todos los niveles y en todos los lugares. Es un regalo que estamos experimentando en el Perú”, añadió.

En otro momento, recordó que en la Última Cena, cuando Jesús entrega su cuerpo simbolizado en el pan para que coman, está diciendo sacramental y simbólicamente que entregará su Cuerpo a la muerte en la Cruz por nosotros, y que en estos días ha querido entrar en corazón de cada uno para decirnos: “¡Estoy contigo!”.

“En esa muerte de Cristo está ya incluida la promesa de la salvación. De alguna manera se entrega a su padre obedeciéndolo y anunciando que resucitará. Esta Resurrección demuestra a la humanidad que está por encima de la muerte, del mal y de todos nosotros y que a pesar de eso ha bajado a la Tierra para salvarnos”, mencionó.

“Esa vida eterna, esa felicidad eterna, esa realidad eterna que nos espera y que se nos promete en estos días de una manera tan fuerte con la Muerte y la Resurrección, sólo será posible si salimos de ese encierro de solo creer en lo que vemos”, continuó.

Finalmente, insistió en no dejar que la soberbia humana nos lleve a reprochar y enjuiciar a Dios por los desastres naturales, enfermedades y situaciones difíciles que atraviesa el mundo, ya que el Señor no es el culpable, y exhortó a mantener la fe ante todo.

“No juzguemos a Dios de una manera atrevida, júzgate a ti mismo y cuestiónate cómo eres frente a esos dolores. No tengamos la osadía de increpar a ese Dios que ha muerto por nosotros, a ese Dios que es puro amor y perdón”, refirió.

“Esta invocación va dirigida al pueblo peruano: Reflexión y meditación seria, para que de esa manera el Señor pueda brillar de nuevo en nuestras almas”, concluyó.

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