sábado, 23 de abril de 2011

El libro como vehículo de libertad y aprendizaje

El libro constituye el principal vehículo de aprendizaje, de difusión y actualización de conocimientos, y hoy representa el medio más eficaz para distribuir los saberes acumulados durante siglos por la humanidad, destacó el representante de Promolibro, Ernesto Yepes, al celebrarse hoy el Día del Idioma. 


El libro constituye el principal vehículo de aprendizaje, de difusión y actualización de conocimientos, y hoy representa el medio más eficaz para distribuir los saberes acumulados durante siglos por la humanidad, destacó el representante de Promolibro, Ernesto Yepes, al celebrarse hoy el Día del Idioma.

“Libro y lectura se ubican nada menos que en el corazón de la economía de un país puesto que constituyen el soporte fundamental para desarrollar la creatividad de su población, creatividad devenida actualmente en el componente esencial para el progreso económico y social de una nación”, subrayó.

Señaló que, desafortunadamente en nuestro país, el desarrollo de la creatividad está demasiado concentrado en muy escasas zonas poseedoras de espacios letrados y estimulantes, convirtiéndose entonces el libro y la lectura en la tarea más urgente para que esa inequidad se amengüe o desaparezca.

Sin embargo, destacó que es innegable que en los últimos años han habido cambios importantes que preludian mejores tiempos.

“Tanto el Estado como la empresa privada han incorporado a nuestro tejido social más de 30 millones de libros. Las empresas periodísticas figuran entre los principales editores y los puestos de periódicos colocan al libro en los más lejanos lugares. De otro lado, millones de textos aguardan a sus lectores en las bibliotecas de las Instituciones Educativas tanto estatales como privadas”, enfatizó.

“También el analfabetismo ha ido descendiendo paulatinamente en nuestro territorio y muchísimas iniciativas de la sociedad civil y del estado pugnan por aminorar el impacto del analfabetismo funcional entre nosotros”, remarcó.

Sin embargo, dijo que el esfuerzo, dada la magnitud del problema, es aún insuficiente.

Libro es libertad

“Quizá una de las debilidades mayores en lo recorrido ha sido confinar el problema de la lectura a las escuelas descuidando la participación de la comunidad. Síntoma quizá de una incompleta percepción de la lectura: que libro significa libertad. Libertad de escogerlo, de encontrar el que nos gusta, al que preferimos. Pero también libertad para acceder a él, de ejercitar efectivamente el derecho de poder escoger entre muchos el libro que prefiero”, manifestó.

Yepes sostuvo que no hay que olvidar que la no lectura no es sólo un desafío pedagógico sino principalmente social.

“Los más pobres son los que menos leen. En gran parte de nuestras zonas rurales y en muchos asentamientos humanos de nuestras ciudades, niños y pobladores en general carecen de contacto con el mundo letrado. Incluso, cuando se establecen en los alrededores centros educativos se mantiene una vida cotidiana carente de material escrito con el que interactuar. No digamos obras literarias o periódicos. Incluso faltan cosas elementales como letreros, afiches o carteles”, anotó.

Refirió que cuando Promolibro comenzó en el 2005, se inició llevando sobretodo libros a las zonas más deprimidas, sin descuidar las otras, de la capital. Se privilegiaba los lugares que contaban con Comités o Juntas que representaban a la comunidad y en la medida de lo posible se tomaba la decisión de instalar bibliotecas en asambleas comunitarias que garantizaban cierta continuidad.

“La creación de un ambiente lector para uso de la comunidad, la administración de los libros que se les daba en uso, la periódica renovación de los mismos demandaban tanto esfuerzo como nuestra insistencia en la elaboración de cosas tan elementales como la elaboración de carteles de identificación institucional, los horarios de atención, rótulos de información, o planos de la zona”, recordó.

Refirió que la alegría cuando se superaban esas dificultades y se ponía en marcha la biblioteca era gratificante. Pero allí, comenzaba el problema esencial de la lectura Poco a poco el ánimo decaía y sólo los más pequeños persistían con entusiasmo.

“Los libros solos, no hacían el milagro de leer. Padres, jóvenes, profesores, terminaban dormidos sobre los textos. Y pronto dejaban de frecuentar las bibliotecas quedando como espacios para niños”, dijo.

No obstante, enfatizó, con el tiempo esa situación ha cambiado. “Los textos que enviamos son diferentes, de colores, letra grande y con características especiales adecuadas a la persona que se inician en la lectura”.

“Pero lo más importante es que hemos aprendido que lo fundamental para crear el hábito lector es que la persona, no importa su edad, escoja, encuentre el libro que lo motiva, que quiere leer. Pero cumplir esa promesa en un ambiente donde no hay bibliotecas, librerías, ni siquiera palabras escritas en las calles obliga a desarrollar estrategias que poco a poco vayan llenado los espacios cotidianos de libros y más libros. Pero no solo papel sino lectura animada, viva, colorida, para que de fuerza y atracción a la lectura”, expresó.

Estrategia para leer más

El titular de Promolibro afirmó que quizá hoy nuestro activo más significativo lo constituye el conjunto de estrategias que se han desarrollado para llevar la lectura a la comunidad.

“Hoy sólo el 17% de todos nuestros puntos de lectura en la capital son bibliotecas comunales. Ahora llegamos a la población a través de lectura en parques, de empresas, instituciones educativas, albergues infantiles y juveniles, mercados, comisarías, postas médicas y en cuanto espacio de alto tránsito nos permita colocar libros a través de una amplia variedad de soportes fijos, portátiles y modulares”, detalló.

“De otro lado, no sólo nuestros puntos de lectura se han diversificado, nuestra presencia en todo el país se ha multiplicado. En el 2010, de los 1,160 puntos de lectura que mantuvimos en actividad, sólo 343 estaban en Lima y los restantes 800 se ubicaban en las 22 regiones del Perú, siendo los más numerosos los ubicados en la sierra (356). Le sigue en la costa (352) y la selva (109)”, agregó.

Dijo que en todos esos puntos de lectura Promolibro trabaja con las municipalidades, gobiernos regionales, ministerios, empresas, asociaciones.

“Pero nuestro gran aliado han sido las instituciones educativas. Más de 100 en Lima y 285 en el interior del país han entregado a niños jóvenes y adultos, 332,000 libros para ser leídos en parques, alamedas, cementerios, losas deportivas, mercados y paraderos”, indicó.

Destacó que la respuesta de los escolares para leer a la hora de recreo ha sido formidable. “El trabajo voluntario de los maestros y personal administrativo ha hecho posible estos resultados. A ellos nuestro reconocimiento”, señaló.

“Para este año 2011 nuestra agenda de trabajo se ha incrementado notablemente . Las demandas sobrepasan largamente nuestras capacidades. Tenemos pedidos para instalar cerca de 1,000 espacios nuevos de lectura en todo el Perú, de las cuales 600 corresponden a Lima, la mitad de los cuales pertenecen a instituciones educativas que a su vez llevarán libros y lectura a 300 nuevos espacios públicos en la capital”, comentó.

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