El establecimiento de una Oficina del Alto Comisionado Presidencial para conducir la estrategia antinarcótica y la reforma del sistema penitenciario, propuso hoy el candidato presidencial por Gana Perú, Ollanta Humala, para acabar con el narcotráfico y la delincuencia.
En el último bloque temático del debate presidencial sobre seguridad interna, sostuvo que ahora la violencia es la principal preocupación de la familia peruana, delincuencia que explicó por la falta de trabajo y oportunidades profesionales en el país.
“Ante la gravedad de la situación, proponemos crear la Oficina del Alto Comisionado Presidencial, con rango de ministro, para que conduzca la estrategia de erradicación del narcotráfico, particularmente en las regiones del VRAE y el Alto Huallaga”, señaló.
También propuso aumentar la inversión estatal y crear mercados para separar al poblador rural de la red del narcotráfico.
Del mismo modo, establecerá la policía rural, protegerá y capacitará a las rondas campesinas y comités de autodefensa, instalará más comisarías, y brindará profesionalización a los policías.
Humala planteó, además, cadena perpetua a los violadores de menores de edad, la separación de los reos de pequeños delitos de aquellos prontuariados, y el incremento de penas para aquellos funcionarios y políticos que cometen delito de corrupción.
“Vamos a reformular el sistema penitenciario para que las cárceles sean centros de trabajo y no locales de campaña para delinquir”, añadió durante su intervención.
Evita responder preguntas
Pero cuando fue preguntado por Luis Castañeda, de Solidaridad Nacional, sobre los hechos de la base militar de Madre Mía; y por Pedro Pablo Kuczynski, de la Alianza por el Gran Cambio, sobre la inclusión de dirigentes cocaleras en su bancada, eludió la respuesta.
“Hay temas que no merecen mayor respuesta”, expresó, al tiempo de seguir enumerando las medidas que aplicaría de llegar al gobierno en las elecciones presidenciales.
Por ejemplo, nombró el servicio policial voluntario, la implementación e interconexión de estaciones policiales, y una política efectiva para impedir que el Perú se convierta en un narco-estado.
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