El embajador de Ecuador, Diego Ribadeneira, ratificó hoy que el gobierno del presidente Rafael Correa espera mantener los gabinetes binacionales con el nuevo gobierno y el próximo presidente del Perú y convertir estos encuentros en una política de Estado.
“Nosotros aspiramos que esta costumbre se haya convertido en una política de Estado (…) Obviamente queremos tener, ya sea con el señor Humala o con la señora Fujimori, con el presidente que sea electo en el Perú, la mejor relación y continuar con este trabajo”, puntualizó.
Precisamente, este 5 de junio se celebrará la segunda vuelta electoral entre Ollanta Humala de Gana Perú y Keiko Fujimori de Fuerza 2011, en una disputada contienda.
En declaraciones a la Agencia Andina, el diplomático destacó la importancia de llevar adelante la buena relación binacional que impulsaron tanto el presidente Correa como el jefe del Estado peruano, Alan García, durante los últimos cinco años.
El I Encuentro peruano-ecuatoriano se realizó el 1 de junio de 2007 en la ciudad Tumbes; luego siguió la II Reunión del 25 de octubre del 2008 en Machala (Ecuador); el III Encuentro del 25 de octubre del 2009 en Piura (Perú); y la IV Reunión del 26 de octubre de 2010 en Loja (Ecuador).
Por ejemplo, mencionó que gracias a esa voluntad política se celebraron hasta cuatro gabinetes binacionales, alternándose en ciudades a ambos lados de la frontera, donde se acordaron aplicar medidas que impulsen el desarrollo de los pueblos limítrofes.
Además de ello, el representante diplomático puso en relieve el fondo fiduciario establecido por los dos gobiernos para llevar adelante el Plan Binacional de Desarrollo que tiene un costo aproximado de 3 mil millones de dólares.
“Esos 3 mil millones de dólares en los primeros ocho años, después de la paz, no se pudieron conseguir. Pero es justamente en estos últimos cuatro años, cuando los dos gobiernos han colocado presupuestos para garantizar la evolución y desarrollo de esos proyectos, es que se ha logrado que se destrabe”, precisó.
Ribadeneira refirió que un ejemplo de ese esfuerzo conjunto es la ejecución del proyecto Puyango-Tumbes, varado desde 1971, y que ahora permitirá la recuperación de 41 mil 500 hectáreas para la agricultura de los dos países.
De otro lado, el representante diplomático resaltó que Ecuador avance en el trabajo de desminado fronterizo, aunque reconoció que la labor es difícil por las condiciones climáticas y geográficas de la región.
Para evitar la paralización del desminado, recordó que ambas naciones asignaron “un fondo semilla de un millón de dólares”, por cada país, además de la ayuda de la Corporación Andina de Fomento para asegurar que los planes no se paralicen.
“El trabajo es muy difícil porque es una obra muy delicada, en el que los desminadores exponen su vida, su seguridad, su integridad, sobretodo es en tierras donde llueve mucho, donde la acción de la naturaleza ha movido las minas, pero estamos trabajando”, acotó.
Andina
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