El ministro del Ambiente, Antonio Brack, llegó este mediodía hasta el anexo de San José de Añushi, en la frontera con Brasil, para hacer entrega oficial a los 14 jefes de los anexos de la comunidad nativa matsé, del Decreto Supremo que creó la Reserva Nacional Matsés, en los distritos de Yaquerana, Requena y Soplin, en Loreto.
Al recibirlo, los catorce jefes lo llamaron “chota matsés”, que en el idioma local quiere decir “hombre bueno de afuera”. Era su forma de aceptar con agrado la visita del ministro del Ambiente, Antonio Brack Egg.
Brack recordó que el documento oficial, el mismo que crea esta área protegida sobre 420 mil 635 hectáreas, fue aprobado unas semanas atrás por el presidente del Perú, Alan García, y el pleno del Consejo de Ministros.
Sumada el área de la nueva reserva, a las 422 mil hectáreas tituladas que tiene la comunidad y las más de 100 mil que les darán en breve (de los pueblos matsé del sur que hace 15 años no fueron incorporados dentro de la titulación), los matsés tendrán un área de casi un millón de hectáreas.
Los matsés son 1,700 habitantes distribuidos en 14 anexos; hablan su propia lengua que comparten con los matsés del Brasil.
El ministro explicó a los líderes matsés que el territorio de la Reserva Natural Matsé forma parte del Sistema Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado, que pertenecen tanto a la comunidad como a todos los peruanos, y que se puede entrar en convenios para implementarla y administrarla.
Les recordó que la necesidad de crear esta Reserva se dio para proteger ecosistemas únicos, como los bosques enanos sobre las arenas blancas, y la conservación de recursos que permitirán a estas comunidades continuar con sus actividades tradicionales de caza y pesca, ya que desde hace varios años la zona tenía varios problemas, el más peligroso la extracción de madera ilegal que les estaba dejando sin recursos.
En el tema del ecoturismo, recordó que es bastante difícil que desde Iquitos se desarrolle el turismo hacia esta área protegida ya que se encuentra a 14 días navegables desde la capital loretana.
Sin embargo Brack ve más factible desarrollar “un acceso adecuado” por el lado de Ucayali, por la zona de la reserva Natural Pacaya-Samiria.
Brack dijo que ya hay el presupuesto necesario para que el Minam, a través del Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado, empiece a trabajar a partir del próximo conjuntamente con los matsés para lograr el desarrollo de la Reserva, “en armonía para conservar y poder desarrollar actividades sin destruir los ecosistemas. El pueblo matsé será el primer beneficiado”, acotó.
Por su parte el jefe del Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado, Luis Alfaro, invitó a los matsés para que se integren guardabosques del área protegida.
Finalmente, Ángel Uaquí Dunu Maya, presidente de la comunidad matsé explicó que además de guardabosques, ellos también quieren participar en la toma de decisiones y comprometió todo el apoyo de los matsés para cuidar este espacio.
Para llegar al anexo de San José de Añushi, se debe de tomar una avioneta desde Iquitos hasta la colonia Angamos, por un viaje de alrededor de 35 minutos. De ahí se requiere un viaje en balsa por otros 30 minutos hasta llegar a San José.
Al recibirlo, los catorce jefes lo llamaron “chota matsés”, que en el idioma local quiere decir “hombre bueno de afuera”. Era su forma de aceptar con agrado la visita del ministro del Ambiente, Antonio Brack Egg.
Brack recordó que el documento oficial, el mismo que crea esta área protegida sobre 420 mil 635 hectáreas, fue aprobado unas semanas atrás por el presidente del Perú, Alan García, y el pleno del Consejo de Ministros.
Sumada el área de la nueva reserva, a las 422 mil hectáreas tituladas que tiene la comunidad y las más de 100 mil que les darán en breve (de los pueblos matsé del sur que hace 15 años no fueron incorporados dentro de la titulación), los matsés tendrán un área de casi un millón de hectáreas.
Los matsés son 1,700 habitantes distribuidos en 14 anexos; hablan su propia lengua que comparten con los matsés del Brasil.
El ministro explicó a los líderes matsés que el territorio de la Reserva Natural Matsé forma parte del Sistema Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado, que pertenecen tanto a la comunidad como a todos los peruanos, y que se puede entrar en convenios para implementarla y administrarla.
Les recordó que la necesidad de crear esta Reserva se dio para proteger ecosistemas únicos, como los bosques enanos sobre las arenas blancas, y la conservación de recursos que permitirán a estas comunidades continuar con sus actividades tradicionales de caza y pesca, ya que desde hace varios años la zona tenía varios problemas, el más peligroso la extracción de madera ilegal que les estaba dejando sin recursos.
En el tema del ecoturismo, recordó que es bastante difícil que desde Iquitos se desarrolle el turismo hacia esta área protegida ya que se encuentra a 14 días navegables desde la capital loretana.
Sin embargo Brack ve más factible desarrollar “un acceso adecuado” por el lado de Ucayali, por la zona de la reserva Natural Pacaya-Samiria.
Brack dijo que ya hay el presupuesto necesario para que el Minam, a través del Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado, empiece a trabajar a partir del próximo conjuntamente con los matsés para lograr el desarrollo de la Reserva, “en armonía para conservar y poder desarrollar actividades sin destruir los ecosistemas. El pueblo matsé será el primer beneficiado”, acotó.
Por su parte el jefe del Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado, Luis Alfaro, invitó a los matsés para que se integren guardabosques del área protegida.
Finalmente, Ángel Uaquí Dunu Maya, presidente de la comunidad matsé explicó que además de guardabosques, ellos también quieren participar en la toma de decisiones y comprometió todo el apoyo de los matsés para cuidar este espacio.
Para llegar al anexo de San José de Añushi, se debe de tomar una avioneta desde Iquitos hasta la colonia Angamos, por un viaje de alrededor de 35 minutos. De ahí se requiere un viaje en balsa por otros 30 minutos hasta llegar a San José.
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