Tras cuatro temporadas sin huracanes en el sur de la Florida, las compañías de seguros debían estar frotándose las manos. Están cobrado el dinero de las pólizas y no están pagando por ningún desastre.
Sin embargo, la mayoría de las compañías de seguros de la Florida reportan que están perdiendo dinero. Si sus cifras resultan ciertas, el próximo ciclón pudiera no sólo destruir su casa sino también la compañía que la asegura.
Según los reportes de las aseguradoras del 2009, 50 de las 70 compañías radicadas con operaciones en la Florida declararon pérdidas ese año; 31 declararon una reducción de sus reservas, el dinero que deben separar para pagar las reclamaciones.
Estas empresas, muchas de ellas pequeñas, suscriben alrededor de 52 por ciento de las viviendas del estado. El resto es asegurado por Citizens Property Insurance, la empresa operada por el estado, por State Farm Florida Insurance, el mayor asegurador privado, y varias docenas de empresas de otros estados.
Los lúgubres informes financieros coinciden con un aumento de la presión en Tallahassee para aprobar una ley que permita a las aseguradoras aumentar el precio de las pólizas a voluntad, tanto como 5 por ciento inicialmente, hasta 15 por ciento en el futuro. En este momento cualquier aumento exige la aprobación del estado.
Muchos están extrañados de que a las aseguradoras les vaya tan mal dado que no ha habido ciclones.
"Las compañías de seguros deben estar haciendo jugosas ganancias'', afirmó Alex Sink, directora de finanzas del estado y candidata a la gobernación. Sink le había pedido al Comisionado de Seguros, Kevin McCarty, que prepare un informe sobre la salud financiera de las aseguradoras con sede en Florida, que debe presentarse el miércoles.
Las aseguradoras no son las única en hacer serias advertencias sobre el sector.
Demotech, una agencia calificadora de Ohio, bajó la calificación de 10 compañías de la Florida el año pasado, como Magnolia Insurance, Edison Insurance y dos aseguradoras administradas por Northern Capital Group.
A.M. Best, otra agencia calificadora, le bajó la calificación a cinco aseguradoras de la Florida porque no estaban debidamente capitalizadas o incumplían otras exigencias.
Sin embargo, en una medida que probablemente genere escepticismo sobre las pérdidas de las compañías de seguros, Southern Oak fue censurada por el estado por haber pagado excesivamente a una compañía de la misma matriz por pagar agentes, resolver reclamaciones y hacer trabajo rutinario de oficina.
Eso hizo parecer que la situación de Southern Oak era peor que la realidad.
Si las aseguradoras están tan mal como dicen, los habitantes del sur de la Florida corren un riesgo particular. En los condados de Miami-Dade, Broward y Palm Beach, unas 776,404 viviendas --casi 55 por ciento del 1.4 millones de viviendas aseguradas-- están cubiertas por firmas menores que recaudan menos de $200 millones anuales en pólizas.
Si el asegurador de una vivienda quiebra, el fondo de garantía del estado paga hasta $500,0000, lo que pudiera no cubrir todas las pérdidas del propietario. Esos pagos pudieran resultar en impuestos adicionales para los floridanos si el fondo de garantía se queda sin dinero para pagar las pérdidas y necesita recaudar más dinero.
Las aseguradoras dicen que han quedado vulnerables debido a varios factores, a saber:
* La decisión del estado de no autorizar aumentos en las primas. Numerosas solicitudes de aumentos han sido rechazadas o se aprobaron cifras menores que lo solicitado.
* El aumento del costo del reaseguro, el seguro de respaldo que las compañías compran para limitar sus riesgos en caso de desastre.
* El programa estatal de descuentos por mitigación de vientos, que concede grandes rebajas en las pólizas a los propietarios que compren contraventanas y hagan otras mejoras para preparar mejor sus viviendas contra los ciclones. Las compañías se quejan de que los descuentos son excesivamente generosos.
* La reapertura de las reclamaciones del huracán Wilma, en que propietarios presentan pérdidas adicionales, con frecuencia a insistencia de los ajustadores públicos, que representan a los dueños de viviendas.
* Como en el caso de Southern Oak, el pago de comisiones excesivamente generosas a empresas afiliadas que le restan ingresos al asegurador y a veces hasta con pérdidas.
Las autoridades normativas y legisladores han comenzado a concentrarse en este último problema.
La semana pasada, el representante Alan Hays solicitó una investigación y observó que algunos ejecutivos de compañías de seguros están recibiendo grandes bonificaciones, y que empresas de la misma matriz están recibiendo generosas comisiones justo cuando las empresas están solicitando aumento en las primas.
En Tallahassee ya han comenzado a surgir algunas propuestas de solución. Una es una abarcadora ley de seguros que exige que todas las aseguradoras de propiedades que operen en la Florida aumenten sus reservas. En este momento la exigencia es de $4 millones.
También permite a las aseguradoras aumentar las primas para compensar los créditos de mitigación. Aunque positivo para las aseguradoras, esto le costaría mucho a los propietarios.
Mientras tanto, por primera vez en tres años, el aumento de las primas probablemente reciba la aprobación del estado.
Con información de "El Nuevo Herald"
Sin embargo, la mayoría de las compañías de seguros de la Florida reportan que están perdiendo dinero. Si sus cifras resultan ciertas, el próximo ciclón pudiera no sólo destruir su casa sino también la compañía que la asegura.
Según los reportes de las aseguradoras del 2009, 50 de las 70 compañías radicadas con operaciones en la Florida declararon pérdidas ese año; 31 declararon una reducción de sus reservas, el dinero que deben separar para pagar las reclamaciones.
Estas empresas, muchas de ellas pequeñas, suscriben alrededor de 52 por ciento de las viviendas del estado. El resto es asegurado por Citizens Property Insurance, la empresa operada por el estado, por State Farm Florida Insurance, el mayor asegurador privado, y varias docenas de empresas de otros estados.
Los lúgubres informes financieros coinciden con un aumento de la presión en Tallahassee para aprobar una ley que permita a las aseguradoras aumentar el precio de las pólizas a voluntad, tanto como 5 por ciento inicialmente, hasta 15 por ciento en el futuro. En este momento cualquier aumento exige la aprobación del estado.
Muchos están extrañados de que a las aseguradoras les vaya tan mal dado que no ha habido ciclones.
"Las compañías de seguros deben estar haciendo jugosas ganancias'', afirmó Alex Sink, directora de finanzas del estado y candidata a la gobernación. Sink le había pedido al Comisionado de Seguros, Kevin McCarty, que prepare un informe sobre la salud financiera de las aseguradoras con sede en Florida, que debe presentarse el miércoles.
Las aseguradoras no son las única en hacer serias advertencias sobre el sector.
Demotech, una agencia calificadora de Ohio, bajó la calificación de 10 compañías de la Florida el año pasado, como Magnolia Insurance, Edison Insurance y dos aseguradoras administradas por Northern Capital Group.
A.M. Best, otra agencia calificadora, le bajó la calificación a cinco aseguradoras de la Florida porque no estaban debidamente capitalizadas o incumplían otras exigencias.
Sin embargo, en una medida que probablemente genere escepticismo sobre las pérdidas de las compañías de seguros, Southern Oak fue censurada por el estado por haber pagado excesivamente a una compañía de la misma matriz por pagar agentes, resolver reclamaciones y hacer trabajo rutinario de oficina.
Eso hizo parecer que la situación de Southern Oak era peor que la realidad.
Si las aseguradoras están tan mal como dicen, los habitantes del sur de la Florida corren un riesgo particular. En los condados de Miami-Dade, Broward y Palm Beach, unas 776,404 viviendas --casi 55 por ciento del 1.4 millones de viviendas aseguradas-- están cubiertas por firmas menores que recaudan menos de $200 millones anuales en pólizas.
Si el asegurador de una vivienda quiebra, el fondo de garantía del estado paga hasta $500,0000, lo que pudiera no cubrir todas las pérdidas del propietario. Esos pagos pudieran resultar en impuestos adicionales para los floridanos si el fondo de garantía se queda sin dinero para pagar las pérdidas y necesita recaudar más dinero.
Las aseguradoras dicen que han quedado vulnerables debido a varios factores, a saber:
* La decisión del estado de no autorizar aumentos en las primas. Numerosas solicitudes de aumentos han sido rechazadas o se aprobaron cifras menores que lo solicitado.
* El aumento del costo del reaseguro, el seguro de respaldo que las compañías compran para limitar sus riesgos en caso de desastre.
* El programa estatal de descuentos por mitigación de vientos, que concede grandes rebajas en las pólizas a los propietarios que compren contraventanas y hagan otras mejoras para preparar mejor sus viviendas contra los ciclones. Las compañías se quejan de que los descuentos son excesivamente generosos.
* La reapertura de las reclamaciones del huracán Wilma, en que propietarios presentan pérdidas adicionales, con frecuencia a insistencia de los ajustadores públicos, que representan a los dueños de viviendas.
* Como en el caso de Southern Oak, el pago de comisiones excesivamente generosas a empresas afiliadas que le restan ingresos al asegurador y a veces hasta con pérdidas.
Las autoridades normativas y legisladores han comenzado a concentrarse en este último problema.
La semana pasada, el representante Alan Hays solicitó una investigación y observó que algunos ejecutivos de compañías de seguros están recibiendo grandes bonificaciones, y que empresas de la misma matriz están recibiendo generosas comisiones justo cuando las empresas están solicitando aumento en las primas.
En Tallahassee ya han comenzado a surgir algunas propuestas de solución. Una es una abarcadora ley de seguros que exige que todas las aseguradoras de propiedades que operen en la Florida aumenten sus reservas. En este momento la exigencia es de $4 millones.
También permite a las aseguradoras aumentar las primas para compensar los créditos de mitigación. Aunque positivo para las aseguradoras, esto le costaría mucho a los propietarios.
Mientras tanto, por primera vez en tres años, el aumento de las primas probablemente reciba la aprobación del estado.
Con información de "El Nuevo Herald"
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