Por: Ciro Silva Paredes
Ante la polarización informativa, entre solo dos candidatos para la Alcaldía limeña, y en respeto al principio básico de un buen gobierno, el cual es amplia libertad de prensa y expresión; y al derecho que tenemos todos los ciudadanos y usuarios del sistema electoral, el cual es acceder a una información oportuna, suficiente, veraz y fácilmente accesible, demandamos a los directores y periodistas de los medios de comunicación, a que asuman con ética y responsabilidad esta campaña, dando cobertura democrática y simétrica a todos los candidato.
Señor@s: Los alcaldes ganadores de las elecciones municipales de octubre serán quienes se acerquen mejor a los ciudadanos, quienes tengan la capacidad de generar confianza en los electores, quienes practiquen con el buen ejemplo el contenido programático de su plan de gobierno. Los ganadores serán los candidatos que presenten mejor imagen, campaña, programa y conducta personal, lo que se llama el marketing político, una suma de diversos componentes, incluyendo el perfil del candidato y las acciones de los simpatizantes de su entorno, y todas estas características las tiene la excelente candidata a la comuna limeña por el nuevo Partido Descentralista Fuerza Social, la Dra. Susana Villarán.
La Dra. Villarán, es una candidata que comprende que somos parte de un todo y tiene empatía con la comunidad limeña, dado que escucha a los ciudadanos con responsabilidad y respetando los valores de amor y solidaridad entre los vecinos.
Ella ha desarrollado tres inteligencias: la inteligencia racional para resolver problemas, la inteligencia emocional para motivar y relacionarse fácilmente con los ciudadanos y la inteligencia espiritual para trascender con liderazgo en la búsqueda del bienestar y calidad de vida, razón de ser de la política y de la gestión pública en sus diferentes modalidades. Si el intelecto se olvida de lo trascendente del espíritu, degrada la política, el medio ambiente y la cultura de sus habitantes; es decir aquello que más importa en la gobernabilidad. En general, los otros políticos descuidan la inteligencia espiritual. Están demasiado preocupados en las encuestas y en el arrebato electoral en los medios. Son autómatas de la palabra sin contenido humano, todo lo contrario de lo que se requiere para gobernar con sensibilidad y compromiso social.
¡Cuántos personajes de poder efímero pasan por escritorios y oficinas con la mirada en el reloj y el calendario, mientras a otros les falta tiempo para formular estrategias de gobernabilidad y derrumbar muros en el mundo de la administración con fuerza emocional, visión y carisma moviendo las conciencias hacia nobles ideales!
Villarán, es una privilegiada de la ciencia, la filosofía y la nueva organización inteligente, que no desfallece nunca, dado que tiene capacidades y destrezas para trascender en la vida. Muestra mucha energía ante los demás; esto la hace transformar el status quo con nuevos paradigmas que otros han sido incapaces de proponer y hacer. Su inteligencia espiritual, se fundamenta en principios verdaderos y permanentes y se materializa cuando sus buenas ideas las lleva a la práctica.
Ella trabaja consigo mismo, a fin de que su voluntad llegue más lejos que su inteligencia. Ha comprendido que si los valores controlan la conducta, los principios controlan sus consecuencias. Su coeficiente de inteligencia espiritual suma la integridad de sostener los principios primordiales, el hacer y cumplir con las promesas, el escuchar y seguir la voz de su conciencia.
Es por eso que Lima necesita a Susana Villarán como alcaldesa; y en todo el país necesitamos alcaldes líderes que conduzcan a sus pueblos. Alcaldes que muevan las conciencias y los corazones de la comunidad. Alcaldes que vean los problemas y los resuelvan, pero al mismo tiempo alcaldes que vislumbren oportunidades y circunstancias favorables en las relaciones humanas y el desarrollo social.
Necesitamos alcaldes líderes para trascender en la historia con valores, porque quien no valora la vida, la honestidad, la lealtad y la moral está haciendo la antítesis de la libertad por la vida y el bienestar de los pueblos.
Ante la polarización informativa, entre solo dos candidatos para la Alcaldía limeña, y en respeto al principio básico de un buen gobierno, el cual es amplia libertad de prensa y expresión; y al derecho que tenemos todos los ciudadanos y usuarios del sistema electoral, el cual es acceder a una información oportuna, suficiente, veraz y fácilmente accesible, demandamos a los directores y periodistas de los medios de comunicación, a que asuman con ética y responsabilidad esta campaña, dando cobertura democrática y simétrica a todos los candidato.
Señor@s: Los alcaldes ganadores de las elecciones municipales de octubre serán quienes se acerquen mejor a los ciudadanos, quienes tengan la capacidad de generar confianza en los electores, quienes practiquen con el buen ejemplo el contenido programático de su plan de gobierno. Los ganadores serán los candidatos que presenten mejor imagen, campaña, programa y conducta personal, lo que se llama el marketing político, una suma de diversos componentes, incluyendo el perfil del candidato y las acciones de los simpatizantes de su entorno, y todas estas características las tiene la excelente candidata a la comuna limeña por el nuevo Partido Descentralista Fuerza Social, la Dra. Susana Villarán.
La Dra. Villarán, es una candidata que comprende que somos parte de un todo y tiene empatía con la comunidad limeña, dado que escucha a los ciudadanos con responsabilidad y respetando los valores de amor y solidaridad entre los vecinos.
Ella ha desarrollado tres inteligencias: la inteligencia racional para resolver problemas, la inteligencia emocional para motivar y relacionarse fácilmente con los ciudadanos y la inteligencia espiritual para trascender con liderazgo en la búsqueda del bienestar y calidad de vida, razón de ser de la política y de la gestión pública en sus diferentes modalidades. Si el intelecto se olvida de lo trascendente del espíritu, degrada la política, el medio ambiente y la cultura de sus habitantes; es decir aquello que más importa en la gobernabilidad. En general, los otros políticos descuidan la inteligencia espiritual. Están demasiado preocupados en las encuestas y en el arrebato electoral en los medios. Son autómatas de la palabra sin contenido humano, todo lo contrario de lo que se requiere para gobernar con sensibilidad y compromiso social.
¡Cuántos personajes de poder efímero pasan por escritorios y oficinas con la mirada en el reloj y el calendario, mientras a otros les falta tiempo para formular estrategias de gobernabilidad y derrumbar muros en el mundo de la administración con fuerza emocional, visión y carisma moviendo las conciencias hacia nobles ideales!
Villarán, es una privilegiada de la ciencia, la filosofía y la nueva organización inteligente, que no desfallece nunca, dado que tiene capacidades y destrezas para trascender en la vida. Muestra mucha energía ante los demás; esto la hace transformar el status quo con nuevos paradigmas que otros han sido incapaces de proponer y hacer. Su inteligencia espiritual, se fundamenta en principios verdaderos y permanentes y se materializa cuando sus buenas ideas las lleva a la práctica.
Ella trabaja consigo mismo, a fin de que su voluntad llegue más lejos que su inteligencia. Ha comprendido que si los valores controlan la conducta, los principios controlan sus consecuencias. Su coeficiente de inteligencia espiritual suma la integridad de sostener los principios primordiales, el hacer y cumplir con las promesas, el escuchar y seguir la voz de su conciencia.
Es por eso que Lima necesita a Susana Villarán como alcaldesa; y en todo el país necesitamos alcaldes líderes que conduzcan a sus pueblos. Alcaldes que muevan las conciencias y los corazones de la comunidad. Alcaldes que vean los problemas y los resuelvan, pero al mismo tiempo alcaldes que vislumbren oportunidades y circunstancias favorables en las relaciones humanas y el desarrollo social.
Necesitamos alcaldes líderes para trascender en la historia con valores, porque quien no valora la vida, la honestidad, la lealtad y la moral está haciendo la antítesis de la libertad por la vida y el bienestar de los pueblos.
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