jueves, 14 de octubre de 2010

Cachetada a la inteligencia

Como un testigo excepcional del incidente entre el presidente Alan García y el voluntario del programa Kúrame, Richard Gálvez León, fue presentado ayer el trabajador de limpieza Óscar Rachumí Luna, en una conferencia de prensa que terminó abruptamente tras evidenciarse una serie de contradicciones.


El director del hospital Edgardo Rebagliati Martins, Walter Higueras, quien dirigió esta reunión con los periodistas, trató de hacer creer que Rachumí, además de testigo era el verdadero agresor del joven voluntario. Sin embargo, terminó muy mal parado y tuvo que abandonar su propósito.

“El lunes comenzamos a hacer las averiguaciones (el incidente ocurrió el sábado 10), y es de esa manera que entrevistando a varios trabajadores del hospital llegamos a identificar al señor Rachumí. Él ha sido convocado por mí este miércoles, pero el martes me contó su versión de los hechos y hemos creído conveniente hacerlo público”, señaló Higueras, sin pensar en una serie de hechos elementales que terminaron evidenciando una conferencia amañada.

Lo primero que olvidó Higueras fue que, en su condición de máxima autoridad del hospital Rebagliati, debe formalizar todo. Y él admitió que no había tomado siquiera la declaración oficial y por escrito de Rachumí, en la supuesta investigación a su cargo. Es decir, salió a presentar al trabajador de limpieza como el agresor del joven voluntario, sin existir una declaración formal de este.

Pero, además, terminó confesando que tampoco tenía las declaraciones de los miembros de seguridad de ese nosocomio, que son los llamados a precisar los detalles de lo ocurrido el sábado en el pabellón C. Dijo que no había hablado con ninguno de ellos por falta de tiempo, pero prometió hacerlo próximamente.

Por último, indicó que no había podido aún cerrar su investigación. La pregunta es: ¿Si no terminó una investigación por qué presentó como cierta la versión de Rachumí? Lo que quedó claro, es que el doctor Higueras ni siquiera ha empezado a redactar ese informe.

SIN DOCUMENTOS
Cuando la prensa le preguntó, por qué no mostraba el cuaderno de concurrencias de los empleados de ese nosocomio, a fin de acreditar que Rachumí, efectivamente, asistió el sábado 10 al hospital, el médico se puso nervioso y dijo que no había pensado en ello y que no conoce ese cuaderno. Pequeño detalle.

Lo más ingenuo, sin embargo, vino luego, cuando los colegas le interrogaron ¿por qué no existe, hasta el momento, un informe oficial redactado por el trabajador, sobre los hechos que supuestamente vio y protagonizó? Higueras, ya ofuscado dijo que Rachumí le había confesado que antes no había dicho nada, porque tenía temor de que lo sancionaran por haber golpeado a Gálvez.

Otra de las frases que quedará para el recuerdo es la que ensayó Higueras cuando le preguntaron ¿por qué no tiene las declaraciones de otros testigos?: “Es que del público, nadie se ha presentado hasta ahora para decir algo (en la investigación)”. Como si el público supiera que está realizando tamaña investigación sobre este caso.

SE QUIERE INMOLAR
“Yo me puse al costado de ese muchacho. Él ha esperado que el Presidente baje del ascensor para gritarle ‘Alan ladrón, corrupto, hijo de puta, concha de tu madre’. Lo ha dicho como cuatro o cinco veces. Había tres escoltas del Presidente, entre ellos su chofer, afuera estaba una camioneta roja”, dijo Rachumí, sin saber que el verdadero color del vehículo era guinda claro, y que no era una sino dos camionetas.

“El Presidente no le ha pegado, yo lo golpeé porque me dio cólera cuando insultaba al Presidente y porque no respetó su alta investidura. Yo me trencé con él, después vinieron los de seguridad y ya no supe nada más”, repitió varias veces este hombre, que apareció de la nada en la escena de este caso, y cuya versión también tiene varias contradicciones.

Por ejemplo, dice que escuchó claramente que el voluntario abofeteado insultaba repetidas veces al Presidente, pero cuando se le preguntó qué es lo que le dijo Alan García en respuesta, sostuvo que no pudo oírlo. ¿Si estaba tan cerca, por qué no pudo oírlo?

Es decir, escuchó a uno pero no al otro. El propio jefe de Estado ha admitido que la frase que le lanzó al muchacho fue “vete al carajo”. Además, no está comprobado que haya ido a trabajar el sábado cuando ocurrieron los hechos.

Con todas estas contradicciones y con las preguntas incómodas de la prensa independiente que estuvo en esa conferencia, el doctor Higueras no tuvo más remedio que terminarla abruptamente y llevarse con él a su trabajador de limpieza.

Si la intención de esta conferencia era ayudar al jefe del Estado, en realidad EsSalud lo que hizo fue darnos una cachetada a la inteligencia y le echó más fuego al caso.

AMPLIADO
Óscar Rachumí Luna, empleado de limpieza presentado por Essalud como el verdadero agresor del voluntario de Kurame, Richard Gálvez, figura como proveedor del Estado en una serie de instituciones durante este gobierno.
Con información del "Diario 16"

2 comentarios:

Anónimo dijo...

CACHETADA A LA DECENCIA
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PRIMERO ALAN DICE"NO LE CREAN PERU 16 ES MENTIRA LO QUE DICE"
DESPUES" SI HUBO UN ALTERCADO CON
UN JOVEN PERO NO LE PEGUE"
TERCERO" UNO DE LIMPIEZA LO AGREDIO
Y YO NO SOY ACUSETE"
DESPUES DE 5 DIAS APARECE EL VENGADOR OSCAR RACHUMIN O RACUMIN.
ALGUIEN PUEDE CREER TAMAÑA ESTUPI
DEZ. NO SEÑORES EL TAL RACHUMI NO
TRABAJA EN LIMPIEZA,EL ES SEGURIDAD DE ALAN.
QUE ESTUPIDOS LOS APRISTA Y ALAN,
HACER UNA TRAMA TAN CHAMPERA,Y CRE
EN QUE EL CASO ESTA CERRADO. NO SE
ÑORES UN PODER JUDICIAL INDEPENDIEN
TE, TIENE QUE INVESTIGAR Y DEMOS
TRAR QUE EL MATON Y COBARDE DE ALAN
ES EL QUE PEGO. VALIENTE EN GRUPO,
PERO COBARDE CUANDO LAS PAPAS QUE
MAN.SINO ACUERDENSE CUANDO HUYO POR
TECHOS Y AZOTEAS CUANDO EL CHINO SE
AUTOGOLPEO,ALAN HUYO ABANDONADNDO
A SU SUERTE ESPOSA E HIJOS MENORES.
TREMENDO MISERABLE QUE ES EL PANZON

Anónimo dijo...

Que tal patraña. La verdad siempre sale a la luz. Le salió el bufalo a Alan.

Sergio Mendoza