“Bárbara Kukier en el Perú: 30 años de arte y solidaridad” es el título de la exposición que desde la noche del lunes 30 de mayo se viene exhibiendo en la Sala de Arte del Centro Cultural de Petroperú, ubicado en la avenida Canaval Moreyra, en el distrito de San Isidro.
La muestra reúne más de 90 obras del prolífero bagaje de la artista polaca a lo largo de su filantrópica e inspiradora estadía en el Perú. Su trabajo comprende tapices elaborados con lanas peruanas, pinturas en seda, quilts con aplicaciones de espejos y perlas; así como, muñecas minuciosamente elaboradas.
La muestra, que estará abierta hasta el 10 de junio, es un homenaje a la trayectoria, al amor por el arte universal y la gran contribución a nuestro país por parte de la artista. El ingreso es libre.
Cabe destacar que, a su paso por el Perú, Bárbara Kukier no solo se ha destacado por su creativa producción y fineza en sus resultados —dejado en cada uno de los lugares que ha visitado— sino también ha procurado contribuir en diversas acciones solidarias y de apoyo a favor de diversas comunidades, mostrando el cariño y admiración que siente por Perú.
La inspiración de la Bárbara Kukier viene de temas tan reales como las culturas del antiguo Perú, plasmada a través de la iconografía andina prehispánica y la magia de una creación puramente fantástica y subjetiva, como lo muestra su colección de muñecas, piezas únicas surgidas de la mente de la artista.
La muestra cuenta con el apoyo de la embajada de Polonia en el Perú, logrando así unir esfuerzos con Petroperú para presentar las mejores expresiones de nuestros pueblos y riqueza de su arte.
Kukier –Bolz nació en Varsovia, Polonia, en 1949 se trasladó a Argentina para cursar sus estudios de secundaria. En la cosmopolita Buenos Aires, recibió una educación esmerada, aprendiendo danzas clásicas, piano y guitarra, además de intervenir en piezas de dramaturgia. Bárbara también tomó clases de pintura en Buenas Aires y en nuestra tradicional Lima.
Posteriormente colaboró con los misioneros colombianos tanto en la Parroquia del Espíritu santo de Arequipa, como en la Escuela –Hogar Niño Jesús de Praga de Chorrillos. Lo recaudado en las primeras ventas de sus trabajos se destinaba a los fondos para esta casa de infantes. Con tal compromiso, Bárbara adoptó a una niña peruana.
Otro rastro de su paso por el Perú permanece hoy en día en los bellos murales “Aves del Paraíso” en el Paseo de la República.
Andina
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